Intercambiadores de calor. Cómo funcionan

Los intercambiadores de calor son equipos básicos en instalaciones de refrigeración, calefacción, aire acondicionado y, en general, en cualquier sistema donde sea necesario regular la temperatura. Su funcionamiento, basado en la transferencia térmica entre dos fluidos, explica por qué están presentes en industrias tan diversas como la alimentaria, la química o la automoción.

En este artículo veremos qué es un intercambiador de calor, cómo funciona y cuáles son sus aplicaciones más habituales.

¿Qué es un intercambiador de calor?

Los intercambiadores de calor son dispositivos diseñados para que dos fluidos con diferente temperatura entren en contacto, ya sea de forma directa o separados por una superficie sólida, con el fin de transferir energía térmica de uno a otro. 

Estos equipos están presentes en sectores tan diversos como la alimentación, la química, la energía, la automoción o la climatización, lo que refleja su versatilidad.

Funcionamiento de estos equipos

El principio que explica su funcionamiento es el principio cero de la termodinámica: el calor fluye siempre del fluido de mayor temperatura hacia el de menor temperatura hasta alcanzar el equilibrio térmico.

En la práctica, la transferencia se produce en tres fases:

  • Convectiva: el fluido caliente transmite su calor a la pared interna del tubo o de la placa.
  • Conductiva: la que se produce a través de la propia placa o tubo.
  • Convectiva: en este caso, el calor se transmite desde la parte externa del tubo o placa al fluido con menor temperatura.

El rendimiento del equipo varía a lo largo de su recorrido, de modo que para calcular el calor transferido se utilizan métodos como el NUT (Número de Unidades de Transferencia). Este modelo permite estimar la temperatura final de los fluidos y suele representarse mediante una curva logarítmica que refleja cómo cambia la temperatura en función de la longitud del intercambiador.

Tipos de intercambiadores de calor (visión resumida)

La forma en que circulan los fluidos y la estructura del equipo permiten distinguir varios tipos de intercambiadores:

  • Por contacto: directos (los fluidos se mezclan, como en torres de refrigeración) o indirectos (separados por placas o tubos).
  • Por dirección del flujo: en paralelo, en contracorriente o cruzados.
  • Por número de pasos: de paso simple o con múltiples etapas de intercambio.
  • Por estructura: los más habituales son los de placas, carcasa y tubos, tubos concéntricos y los refrigerados por aire.

Si quieres profundizar en cada clasificación, puedes leer nuestro artículo especializado sobre los tipos de intercambiadores de calor.

Selección de materiales

Junto al diseño, el material con el que se fabrica el intercambiador es decisivo para su durabilidad y rendimiento. El acero inoxidable se utiliza en la industria alimentaria por su resistencia a la corrosión; el cobre destaca por su conductividad térmica; y el titanio es ideal en procesos con fluidos muy corrosivos o en aplicaciones marinas. Elegir bien el material asegura eficiencia y reduce costes de mantenimiento a largo plazo.

Uso de intercambiadores de calor en la industria

La función principal de un intercambiador de calor es transferir energía entre dos fluidos, pero en la práctica su versatilidad hace que se apliquen en una gran variedad de procesos. Entre los más representativos, encontramos: 

  1. Aire Acondicionado (Evaporador/Condensador): en un sistema de climatización, el evaporador absorbe la energía del aire interior al evaporar el refrigerante, mientras que el condensador expulsa ese calor al exterior. Ambos son intercambiadores de calor diseñados para trabajar de forma continua con caudales variables y en condiciones ambientales cambiantes.
  2. Precalentador: empleados en procesos donde es necesario elevar la temperatura de un fluido en varias etapas. Este procedimiento escalonado evita choques térmicos que podrían dañar equipos, alterar la composición química de los fluidos o reducir la vida útil de la instalación. Son habituales en refinerías, centrales eléctricas y procesos alimentarios.
  3. Condensadores de vapor: Utilizados en centrales térmicas y de ciclo combinado, transforman el vapor procedente de la turbina en agua líquida, lo que no solo permite su reutilización sino que también mejora la eficiencia del ciclo Rankine al trabajar con gradientes de temperatura y presión más altos. Este reaprovechamiento del fluido reduce el consumo de agua fresca y disminuye el coste energético.
  4. Radiadores: en automoción y maquinaria pesada, el radiador actúa como intercambiador encargado de disipar el calor generado por el motor. A través de un circuito cerrado, el refrigerante transfiere el calor a las aletas metálicas del radiador, que aumentan la superficie de intercambio y permiten que el aire ambiente complete la disipación térmica.

Más allá de sus funciones específicas, los intercambiadores también contribuyen a la eficiencia energética de las instalaciones. En numerosas plantas se aprovecha el calor residual de un proceso para precalentar otros fluidos, lo que reduce consumos y mejora la sostenibilidad global del sistema. Este aprovechamiento de la energía sobrante convierte al intercambiador en una herramienta clave dentro de las estrategias de eficiencia y ahorro energético.

Intercambiadores de calor en la industria alimentaria

Los intercambiadores de calor en la industria alimentaria son vitales en procesos como la pasteurización y la esterilización. Gracias a los intercambiadores tubulares, se logra calentar y enfriar los productos de forma controlada, eliminando microorganismos sin alterar las características organolépticas (sabor, textura, aroma). Además, también se emplean en la producción de bebidas, en líneas de embotellado y en sistemas de limpieza en continuo (CIP).

Intercambiadores de calor en la industria farmacéutica

Los intercambiadores en la industria farmaceutica se utilizan, por ejemplo, para garantizar que el agua para inyectables se mantenga en condiciones seguras, alcanzando temperaturas cercanas a los 85 °C para evitar la proliferación de bacterias y contaminantes. Su uso también se extiende a procesos de enfriamiento rápido de reactivos, donde es necesario mantener parámetros constantes para asegurar la calidad del medicamento.

Intercambiadores de calor en la industria química y petroquímica

En este sector, los intercambiadores son esenciales en operaciones como destilación, rectificación, fermentación y recuperación de disolventes. Se utilizan para enfriar aceites de turbina, calentar combustibles, condensar gases y controlar reacciones exotérmicas. Dada la naturaleza corrosiva de muchos compuestos, el diseño y la selección de materiales son factores críticos para garantizar la seguridad y la fiabilidad de la instalación.

Nuevas tendencias en intercambiadores de calor

El sector está evolucionando hacia diseños más compactos y eficientes, como los intercambiadores de microcanales, que optimizan el espacio y la superficie de transferencia.

Además, la integración con sistemas digitales y herramientas de mantenimiento predictivo permite anticipar fallos, mejorar la operación y prolongar la vida útil de los equipos. Estas tendencias responden a la creciente necesidad de soluciones sostenibles, fiables y fáciles de mantener en refrigeración industrial, climatización y procesos energéticos.

Conclusión

Los intercambiadores de calor son equipos fundamentales para regular temperaturas en múltiples sectores. Su funcionamiento, basado en principios termodinámicos, se adapta a distintos diseños y materiales según la aplicación. Hoy, además, su papel es clave en la eficiencia energética y en la incorporación de tecnologías que marcan el futuro de la industria.



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